Es difícil esta dicotomía… Mi vida se basa entre el querer y el no querer.
Entre el puedo y el no puedo. Todo da vueltas en mi cabeza. Nada me conforma. Lo
único que quiero es una amistad pura y sincera. Pero luego viene mi inconsciente
y ataca desesperado diciendo: “Tú no puedes tener amigos, ni nadie a quien
quieras o que te quiera. Naciste para estar solo, vivir solo. La soledad es la razón
de tu existencia”. Todo me parece falso… una relación comienza, luego termina
sin explicación. Me detengo y pienso que traicioné a quienes me ofrecieron su
amistad, cuando todos me habían abandonado – los libros – en quienes deposité
mi confianza. Pero ahora ellos me reclaman y me dan la espalda. Controlan mi
inconsciente. Y me impulsan a cometer un error tras otro error. Y aquella voz
en mi cabeza, sigue gritando que me he equivocado. Esa voz que siempre guió mi
camino sin error, ahora me contradice y me impide acertar. De un pedestal en el
cual me hallaba, ahora me arrojo al infierno pensando en qué será mejor en este
momento: “Morir o vivir”. Como si
parafraseara a Shakespeare en un momento de terror. Una luz en medio de
esta oscuridad, más que darme esperanza, me asusta. Veo lo que fui en mi pasado
y que por ningún motivo quiero dejar de ser. Inclusive, quiero mejorar a ese YO
que tanto me atormenta.
Es obvio que he cometido tantos errores y que aún no me perdono a mí
mismo. A mi lado alguien intenta
consolarme, y luego retrocede porque no entiende lo que me pasa. Claro está que
yo tampoco sé cómo expresar mi situación. Solo sé escribir, pero sin explicar
por qué me siento como me siento.
Es muy difícil avanzar, mirando mi pasado a diario. Pero debo seguir. De
esta forma cumplo una promesa que ronronea constantemente sobre mi cabeza, o
más bien dentro de ella. La idea de un suicidio casi evidente. Y luego veo en
el recuerdo de un futuro a un no realizado, la amarga tristeza de quienes han
puesto toda su esperanza en mí, mirando el desenlace fatal de un loco que
fingió estar cuerdo para ser aceptado por la sociedad. Pero que descubrió que
la única manera de ser útil a la sociedad, es aislándose. Un ser que entendió
que nunca será comprendido.
Mi espíritu interior pide su espacio. Y siempre está atacando. Cada vez
estoy más seguro de que logrará vencerme. Sin embargo, ahí no terminará la
historia. Mas sé que será transportar mi guerra interna al exterior de mi
cuerpo. Para algunos eso es bueno, pues no es fácil vivir en dos mundos al
mismo tiempo. En mi caso no sé qué será mejor. Como dijo Shakespeare: “Ser o no ser, esa es la cuestión”.
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