INSUFICIENCIA OVÁRICA PRIMARIA
INTRODUCCIÓN
La menstruación después de la ovulación
es esencial para la salud de la mujer y la reproducción.
La función ovárica sana es vital para la producción de esteroides sexuales,
necesarios para el desarrollo del tracto genital y la densidad ósea adecuada,
como así para la salud general. La buena salud y función reproductiva pueden
verse afectadas en las mujeres que no tienen menstruaciones regulares. Se han
sugerido varios términos para definir la desviación de la función ovárica
saludable, incluida la menopausia prematura, la insuficiencia ovárica prematura
y la insuficiencia ovárica primaria. Tanto los autores como otros prefieren el
término falla ovárica al de insuficiencia ovárica por ser más preciso, porque
el término insuficiencia de ovario se puede utilizar para describir una amplia
gama de disminución de la función ovárica. El término también sugiere que la actividad
folicular ovárica se podría recuperar de forma intermitente, incluso años
después del diagnóstico, y permitir el embarazo
en algunas mujeres. Albright acuñó el término en 1.942 para subrayar que el
principal defecto en la disfunción ovárica se encuentra dentro del ovario.
Muchos otros trastornos endocrinos fuera del ovario podrían provocar el
funcionamiento anormal de los ovarios, como los trastornos
hipotálamo-hipofisarios, la disfunción suprarrenal o el síndrome del
ovario poliquístico.
La insuficiencia ovárica
primaria se caracteriza por la siguiente tríada: amenorrea de al menos 4 meses,
deficiencia de esteroides sexuales y 2 determinaciones de la concentración
sérica de hormona estimulante del folículo (FSH) >40 UI/L, por lo menos con
1 mes de separación, en una mujer <40 años. La edad en la menopausia tiene
una distribución normal, con una media a los 51 años y un rango entre 40 y 60
años. La menopausia que ocurre muchos años antes de los 40 años es un trastorno
no fisiológico y constituye la fase final de la insuficiencia ovárica primaria.
El término prematuro se
debe evitar, ya que arbitrariamente se ha dejado confinado a los trastornos de
la menstruación en el que la misma se detiene antes de los 40 años. Aunque este
corte está estadísticamente justificado, no hay ninguna razón biológica para
este enfoque relacionado con la edad. La medida de la disminución de la
fertilidad varía sustancialmente entre las mujeres de la misma edad, al igual
que la variabilidad individual de la edad de la menopausia.
FISIOPATOLOGÍA
Los primeros estudios de
las características de la disminución de la reproducción mostraron una pérdida
continua de los folículos ováricos a partir de aproximadamente las 20 semanas
de edad gestacional. Sin embargo, los estudios en ratones han mostrado que
puede haber una foliculogénesis
postnatal. La senescencia de la función ovárica y su efecto sobre el eje
hipotálamo-hipófisis-gonadal ha sido ampliamente estudiada en pacientes con
fertilización in vitro. Se han desarrollado muchas pruebas para estudiar la
reserva de los ovarios, como la medición de la FSH folicular temprana y las
concentraciones de la inhibina B y el número de folículos ováricos, evaluados
mediante la ecografía transvaginal (recuento de folículos antrales).
A diferencia de la FSH, las
concentraciones de la hormona anti-Müllereriana no son afectadas por la
variación cíclica, por lo que el análisis de esta hormona parece ser la prueba
más directa y precisa de la insuficiencia ovárica. No hay ninguna prueba de
cribado que se pueda utilizar sola para medir con precisión el pool residual de
los folículos primordiales y predecir la vida reproductiva de una mujer.
Aunque en la mayoría los
casos la causa primaria de la deficiencia del ovario no está bien definida, por
lo general, el trastorno se plantea como una disfunción ovárica o el
agotamiento folicular. La evidencia directa del agotamiento del pool de
folículos restantes puede estimarse en forma confiable mediante la evaluación
del número total de folículos en los ovarios después de la ooforectomía. Como método diagnóstico, las pruebas morfométricas de
las muestras de biopsia de ovario han sugerido medir la reserva folicular
ovárica en pacientes con tumor primario de ovario insuficiente. Sin embargo,
otros investigadores llegaron a la conclusión de, que el análisis de las
muestras de biopsia laparoscópica no pueden ser utilizadas para predecir la
distribución folicular en la corteza ovárica.
En ciertos casos de
disfunción folicular, hay suficientes folículos ováricos pero sin función. Por
ejemplo, la insuficiencia ovárica primaria puede estar causada por mutaciones
en FSHR, que codifica el receptor de FSH. Por otra parte, la destrucción de
folículos primordiales por agentes tóxicos, la respuesta autoinmune, la
activación de las vías proapoptósicas o el reclutamiento folicular acelerado
pueden provocar el agotamiento prematuro de la reserva de folículos
primordiales.
CAUSAS
El agotamiento de la
reserva de folículos primordiales dentro de la corteza del ovario es la causa
primaria de la insuficiencia del ovario en la mayoría de las mujeres. El
conjunto de folículos primordiales durante el desarrollo temprano del feto y la
transición de los folículos primordiales en reposo a folículos primordiales en
crecimiento, es crucial para la función ovárica durante toda la vida
reproductiva. Los factores paracrinos y autocrinos que controlan el
reclutamiento inicial de los folículos primordiales en la fase de crecimiento
son complejos y poco conocidos. Cada vez hay más evidencia de que los factores
sintetizados por el ovocito o las células de la granulosa (por ej., la hormona
anti-Müllereriana, miembros de la superfamilia β del factor de crecimiento
transformador como el factor 9 de crecimiento y diferenciación, y la proteína
15 morfogenética ósea) son las principales al comienzo del desarrollo
folicular.
Son varios los factores
derivados de los ovocitos y las células de la granulosa que mantienen a los
folículos primordiales activos en estado de reposo (ya sea directa o
indirectamente), lo que apoyó la idea de que el crecimiento de los folículos
primordiales está suprimido por los factores secretados por las células. Por
ejemplo, el factor de crecimiento diferenciación 9 estimula el crecimiento del
folículo in-vivo en las ratas y el crecimiento y desarrollo de los folículos en
los cultivos de corteza de tejido ovárico humano.
CUADRO CLÍNICO
La ausencia de menstruación
en una niña de 15 años, (amenorrea
primaria) o el cese de la menstruación durante 4 meses o más (amenorrea
secundaria) hacen inclinar al diagnóstico. Sin embargo, se debe hacer un
estudio diagnóstico a cada niña o mujer joven con un intervalo menstrual de más
de 90 días o con oligomenorrea inferior a 9 ciclos/año. Este examen debe
incluir el cariotipo, la prueba de premutación FMR1 y el análisis hormonal. La
amenorrea primaria se asocia con un cariotipo de premutación en aproximadamente
la mitad de los casos, mientras que la mayoría de las mujeres con amenorrea
secundaria tiene un cariotipo normal. Después de haber excluido el embarazo, se
debe interrogar a las pacientes sobre los antecedentes de infecciones tales
como la ooforitis urliana, la tuberculosis, la malaria, la varicela y la
infección por shigella. Por otra parte, otros trastornos graves como la diabetes mellitus mal controlada o la
malnutrición podrían ser causantes de amenorrea secundaria. La cesación de la
menstruación podría estar ocasionada por la disfunción de la tiroides, el
exceso de andrógenos (por ej., síndrome del ovario poliquístico), la disfunción
hipotalámica o la hiperprolactinemia.
La amenorrea secundaria con concentraciones elevadas de FSH a menudo sugiere la
insuficiencia ovárica. Sin embargo, no hay un límite establecido de
concentración de gonadotropina para indicar el inicio de la insuficiencia
ovárica, probablemente debido a que a veces, la disminución de la función
ovárica es intermitente y errática. En algunas mujeres podría haber una mejoría
temporaria, como lo indica la presencia de algunos períodos con
concentraciones de FSH bajas y sangrado vaginal. La insuficiencia ovárica
podría tardar varios años en desarrollarse. A menos que la insuficiencia sea
producto de la extirpación de los ovarios, la quimioterapia o la radioterapia,
se cree que es un espectro continuo.
El trastorno se inicia con subfertilidad
(insuficiencia ovárica oculta o incipiente), la que progresa a una insuficiencia
bioquímica
(aumento de las concentraciones de FSH, también conocido como falla ovárica de
transición) y finalmente lleva a las manifestaciones clínicas, con menstruaciones
irregulares
o ausentes
y síntomas
vasomotores.
Incluso después del
diagnóstico puede producirse embarazos hasta en el 10% de las mujeres, como
resultado de la función ovárica intermitente en las primeras etapas del
trastorno, y en el 2% de las pacientes con síndrome
de Turner. A menudo, el final del ciclo menstrual en un individuo con
insuficiencia ovárica primaria se asemeja mucho a la senescencia ovárica antes
de la menopausia natural, y está precedido por períodos irregulares. Sin
embargo, después de una amenorrea, muchas mujeres desarrollan rápidamente
amenorrea, se embarazan o interrumpen los anticonceptivos
hormonales.
MANEJO DE LA SALUD REPRODUCTIVA
Las perspectivas para las
mujeres con insuficiencia ovárica primaria que quieren embarazarse con sus
propios ovocitos son en gran parte desconocidas. La evidencia sugiere que puede
haber embarazos en mujeres con insuficiencia ovárica, cuando se suprimen las
elevadas concentraciones de FSH meditante el etinilestradiol o los análogos de la hormona liberadora de de
gonadotropina, seguida de la ovulación por medio de la inducción con dosis
bajas de gonadotropina. Sin embargo, no se han publicado ensayos prospectivos
suficientemente válidos para apoyar la hipótesis de que la reducción de las
concentraciones de FSH podría permitir el desarrollo de los folículos más que
la oportunidad que brindan los cambios intermitentes en la función ovárica.
Este cambio inesperado de la función ovárica puede estar vinculado a cambios
impredecibles en el suministro de sangre a los restantes grupos de folículos
primordiales.
En los casos de
insuficiencia ovárica primaria, las parejas suelen tener las opciones de
adopción o donación de óvulos. Es posible que los pacientes no opten por la
adopción por diversas razones. Las técnicas de reproducción y la donación de
ovocitos se ofrecen como una alternativa, aunque en muchos países existen restricciones
religiosas y legales que pueden impedir el uso de gametos genéticamente
extraños. Por otra parte, algunos investigadores sugieren que las mujeres que
quedan embarazadas después de la donación de ovocitos tienen un riesgo
considerablemente mayor de padecer trastornos hipertensivos durante el
embarazo, y un aumento de la frecuencia de sangrado en el primer trimestre.
Los avances en las técnicas
de criopreservación de tejido ovárico
y de ovocitos han aumentado las esperanzas de conservar la fertilidad en
mujeres con insuficiencia ovárica primaria como consecuencia del tratamiento
del cáncer. Aunque el interés en la conservación del tejido ovárico antes de la
terapia está creciendo rápidamente, el autotransplante de tejido ovárico ha
dado lugar a nacimientos de 6 niños sanos en todo el mundo.
Una serie de estudios
demostró que el tejido ovárico congelado-descongelado se somete a una pérdida
sustancial de folículos primordiales después del trasplante, debido a la
hipoxia y la hiperactivación del crecimiento folicular. Por otra parte, la
recuperación de ovocitos después del implante de las series de fertilización in
vitro tiene un alto número de folículos vacíos y de ovocitos anormales y, por
lo tanto, las tasas de transferencia de embriones en pacientes con tejido
ovárico autotrasplantado son bajas. Otra desventaja de los autotrasplantes
podría ser que varios tipos de cáncer, como la leucemia, tienen mayor riesgo de
enfermedad metastásica con invasión del ovario, que podría conducir a la
reintroducción de células de cáncer junto con el tejido criopreservado.
Para las niñas pospúberes
con alto riesgo de insuficiencia ovárica primaria, en las que no hay necesidad
urgente de comenzar el tratamiento del cáncer, una alternativa para la
criopreservación de tejido ovárico es la estimulación ovárica. Tras la
estimulación, pueden criopreservarse los ovocitos o los embriones. A pesar de
que la congelación de los ovocitos parece especialmente valiosa para las
mujeres que no tienen pareja, los protocolos de congelación se encuentran
todavía en la fase de investigación. La congelación programada lenta será sustituida
progresivamente por la vitrificación, no solo de los ovocitos y embriones sino
también del tejido ovárico.
La vitrificación de los ovocitos con dispositivos abiertos puede dar
lugar con una tasa de supervivencia >90%, pero debido a que estos sistemas permiten
el contacto directo del ovocito con el nitrógeno líquido, existe preocupación
por la contaminación con bacterias, virus y hongos, aunque no hay datos de que
durante la criopreservación haya contaminación. Por lo tanto, se encuentran en
desarrollo dispositivos de sellado para lograr efectividad en el sellado de los
embriones vitrificados. Se ha progresado poco en el crecimiento de los
folículos in vitro y la maduración de los ovocitos. Esta técnica podría obviar
la necesidad de la estimulación ovárica y se podría hacer a corto plazo, ya que
los huevos se pueden recoger en la fase lútea, y sería muy conveniente para los
pacientes que no tienen tiempo para hacer la estimulación ovárica antes de
iniciar la quimioterapia. Aunque existe preocupación acerca de la correcta
reposición de las huellas de metilación en los ovocitos durante el cultivo in
vitro extendido, los resultados preliminares de la seguridad epigenética de la
maduración in vitro son prometedores.
Otra estrategia para
preservar la fertilidad de las
mujeres con insuficiencia ovárica primaria es el trasplante de tejido ovárico
heterólogo, aunque esta técnica requiere un tratamiento inmunosupresor
permanente, a menos que el injerto provenga de un gemelo idéntico.
CONSECUENCIAS PARA LA SALUD
La insuficiencia ovárica da
como resultado la falta de producción ovárica de estrógenos y progesterona. Sin
embargo, el ovario posmenopáusico continúa produciendo andrógenos. Los
esteroides gonadales no solo son importantes para el buen funcionamiento del aparato
reproductor, sino también para los problemas de salud en general de las
mujeres, tales como el mantenimiento de la masa ósea, el sistema
cardiovascular, la cognición, el bienestar, y la sexualidad. Por otra parte, a
muchas las mujeres con este trastorno se les aconseja tratamiento con
estrógenos de reemplazo durante muchos años, basado en una gran cantidad de
estudios realizados en mujeres posmenopáusicas. Durante los años reproductivos
se debe considerar seriamente el efecto de un estado grave y persistente de
agotamiento de los esteroides. Sin embargo, solo hay información
indirecta sobre los trastornos específicos, como la insuficiencia gonadal
después del tratamiento del cáncer o de mujeres sometidas a la ooforectomía. La calidad de vida y la
salud general en sobrevivientes de cáncer no se traduce necesariamente en
insuficiencia ovárica. Por otra parte, las implicancias potenciales de la
quimioterapia, la radioterapia, la cirugía o las diferencias en los niveles de
andrógenos (extirpación del ovario vs. insuficiencia ovárica) no deben
ser ignorados. Cada vez hay más evidencia proveniente de la evaluación de las
mujeres con menopausia precoz o tardía en relación con la salud general. Las
conclusiones reprodujeron distintos enfoques y al decidir el tratamiento y las
opciones de manejo todos esos enfoques deben ser considerados.
Los estrógenos son importantes
en el proceso de remodelación ósea. En consecuencia, el resultado de la
deficiencia de estrógenos es un desequilibrio entre la actividad de los
osteoclastos y los olosteoblastos y, una pérdida progresiva del hueso
trabecular. La osteoporosis puede ser diagnosticada mediante la evaluación de
la densidad ósea, la cual posee una capacidad razonable para predecir el riesgo
de fracturas. La disminución de la densidad ósea puede observarse ya a los 6
meses del inicio de la supresión ovárica severa por los agonistas de la hormona
liberadora de gonadotropina, administrada para la enfermedad esteroide
dependiente. La actividad ósea incrementada conduce a un riesgo de por vida del
50% de fractura y un 15% de riesgo de fractura de cadera (una de las
principales causas de discapacidad y muerte en las mujeres de raza blanca con
una edad de menopausia normal). Hay reportes que sugieren que la posibilidad de
fractura aumenta en la insuficiencia ovárica primaria.
La menopausia produce efectos negativos en la función cognitiva; la
menopausia quirúrgica se ha asociado con diferente deterioro en la función cognitiva y la memoria. En 100 mujeres con diagnóstico de
insuficiencia ovárica se han descrito cambios sustanciales en la ansiedad
social, depresión y autoestima. En una cohorte de más de
2.000 mujeres que habían sido sometidas a ooforectomía
unilateral o bilateral se comprobó mayor riesgo de un ligero deterioro
cognitivo o de demencia depresiva, como así síntomas de ansiedad, parkinsonismo y
aumento de la mortalidad por enfermedades
neurológicas y mentales. Sin embargo, muchos informes asocian la enfermedad cardiovascular y la mortalidad con la edad de la menopausia (dentro
de un rango de edad normal, prematura, o después de la ooforectomía). La edad
de la menopausia está asociada con la aterosclerosis
carotídea, evaluada por ecografía. El
uso de estradiol en la posmenopusia
parece reducir la progresión de este trastorno. En una cohorte de 12.000
mujeres posmenopáusicas, el riesgo de mortalidad cardiovascular fue
significativamente mayor en las mujeres con menopausia natural precoz o tardía.
Un metaanálisis mostró que la asociación entre el estado hormonal posmenopáusico
y la enfermedad cardiovascular fue pronunciada en las mujeres con
menopausia artificial después de una ooforectomía bilateral. Los investigadores
de la misma cohorte comprobaron una supervivencia general prolongada en las
mujeres con menopausia tardía. Tanto en un estudio noruego con 37 años de
seguimiento de casi 20.000 mujeres como en otro de 20 años de seguimiento
realizado en 68.000 mujeres en Estados Unidos, se halló una pequeña pero
significativa correlación inversa entre la edad de la menopausia natural y la
mortalidad por cualquier causa.
Se ha observado un aumento
de la mortalidad cardiovascular después de la ooforectomía bilateral antes de
los 45 años de edad, con un aumento de la mortalidad general en las mujeres que
no recibieron terapia estrogénica hasta que tuvieron 45 años o más. El
seguimiento durante 24 años de más de 16.000 mujeres sometidas a histerectomía con o sin ooforectomía
bilateral (a partir de una cohorte de 30.000 mujeres del Nurses Health Study)
se obtuvieron los siguientes resultados sobre la salud a largo plazo, después
del ajuste por la utilización de los estrógenos: razón de riesgo de mortalidad
total, 1,12; 1,17 para la enfermedad coronaria; 1,26 para el cáncer de pulmón y
1,4 para el accidente cerebrovascular.
Knauff y col. comprobaron
pequeños cambios en el perfil lipídico (por ej., leve hipertrigliceridemia, menor concentración de colesterol HDL) en las mujeres con insuficiencia ovárica
primaria. Algunos datos muestran un efecto
cardioprotector del tratamiento con
estrógoenos. La administración de esteroides provoca un aumento del índice de
pulsatilidad carotídea, disminución de la presión arterial, mejoramiento de la
función renal y disminución de la activación del sistema renina angiotensina.
Aunque hay poca evidencia de efectos beneficiosos del reemplazo estrogénico
sobre la insuficiencia ovárica primaria, el reemplazo hormonal está indicado, a
pesar del riesgo de este tratamiento después de la quimioterapia en las mujeres jóvenes que han sufrido eventos tromboembólico como el embolismo pulmonar o la trombosis venosa profunda, y en las mujeres con cáncer
de mama.
CONCLUSIONES
La insuficiencia ovárica
primaria tiene un efecto negativo sobre la salud general, incluyendo la
afectación de la fertilidad. La disponibilidad de pruebas de la reserva ovárica
permitiría a los clínicos distinguir la depleción folicular ovárica patológica
de la menopausia fisiológica precoz, dos entidades potencialmente diferentes,
con diferentes causas. Los estudios genéticos serán indispensables para
dilucidar estas diferencias.
Desentrañar los mecanismos
clave que intervienen en el agotamiento del pool folicular debe llevar a
métodos que interfieran con el envejecimiento ovárico. A los fines de la
preservación de la reproducción, existen varias estrategias como la adopción o
la donación de óvulos. Después de la estimulación hormonal, los ovocitos
humanos o los embriones de mujeres con riesgo de insuficiencia ovárica primaria
pueden ser criopreservados.
La oncofertilidad ha llamado la atención sobre los efectos gonadotóxicos del tratamiento del cáncer
y ha acelerado el desarrollo de tecnologías para la preservación de la fertilidad. Sin embargo, la maduración
in vitro de ovocitos humanos y su posterior criopreservación no tienen un uso
difundido y el cultivo in vitro de tejido ovárico está todavía en las etapas
experimentales. La terapia de reemplazo
hormonal es muy recomendable para las
mujeres con insuficiencia ovárica primaria, dado que la pérdida precoz de la
insuficiente producción de estrógeno se asocia con complicaciones esqueléticas,
cardiovasculares y neuropsicológicas. Las pacientes deben ser informadas acerca
de las diferentes opciones para la reproducción, y como norma práctica se
recomienda un enfoque multidisciplinario con el fin de mejorar la calidad de
vida después de la pérdida de la función reproductiva del ovario.
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