VIVIR CON DIGNIDAD
Muchos de mis contemporáneos aun tienen pensamientos de
esclavos. Veo en ellos una actitud indecente de volver a lo mismo. Con acciones
tales como: “si en otros lugares se hace,
aquí también debe hacerse”, sin si quiera pensar si en aquellos lugares
están en lo cierto o equivocados. Se llaman “mentes pensantes, mentes brillantes”… pobres cerebros si no se
usan. Estar equivocados ha llegado a ser la norma suprema, la lógica prevalente
de esta época. Yo pienso que cada persona debe superarse a sí mismo, aunque
parezca la sombra de los demás. No siempre lo que piensa y decida la mayoría,
significa que es correcto. Hay que asumir la vida de una forma crítica. El espíritu
de corrupción ya es de todos. Por temor seguimos siendo pisoteados por aquellos
que tienen el poder.
Me he dado a la tarea de luchar en algunas ocasiones a favor
de aquellos oprimidos… hasta descubrir que al oprimido le agrada su situación,
a fin de cuentas es responsable de su destino, lo ha elegido.
La humanidad necesita cambiar, pero es menester que haya
individualidades que la forjen al cambio. Pues es la suma de todos los
individuos… llámense humanos, individuos o personas.
Se ha traicionado la vida, quienes poseen el poder no nos
representan, pero bajamos la cabeza frente a ellos en actitud de cobardía. Hacemos
a un lado “vivir con dignidad”, para
morir sin ella. Seguimos viendo al cielo, pero olvidamos asentar nuestro pie en
la tierra.
Es tiempo de reconocer nuestro error, para empezar a vivir. Se
lo debemos a la vida.
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